Una clave de éxito para un Arquitecto con dislexia: Aprendizaje como Crecimiento

El pasado diciembre del 2016 tuve el gusto de entrevistar al Mtro. Juan Gutiérrez, arquitecto que busca fomentar una visión sustentable en la arquitectura en Monterrey (una ciudad al norte de México) en donde vive y trabaja. Su historia ilustra una clave de éxito profesional y personal, desarrollar una concepción del aprendizaje de crecimiento desde pequeño.

Desde el kinder Juan sabía que era diferente. Escribía en espejo. Al copiar letras, palabras o dibujos lo hacía correcto pero en dirección horizontal opuesta, como cuando uno lee un texto viendo el reflejo en un espejo, la cual puede ser una señal de dislexia. Fue diagnosticado desde pequeño, más el diagnóstico fue un tema tabú en su familia.  Durante la primaria su mamá se convirtió en su tutora, pasando tardes enteras fortaleciendo las actividades de lecto-escritura, practicando lecciones, y asegurándose que estuviera al corriente de sus actividades escolares.

“Asumí muy rápido que me tenía que esforzar más” dijo Gutiérrez, lo cual lo tomó como una actitud necesaria para su vida escolar.  Sabia que tenia que hacer más esfuerzo, y que otros compañeros con menos estudio tenían mejor calificación. Pero esto no le afectó. Durante la primaria se enfocó más a ser niño, a jugar, a realizar su tarea. Cómo no causaba problemas en el salón, y lograba pasar las materias, pasó desapercibido de sus maestros. No fue hasta la preparatoria cuando realizó los típicos exámenes psicométricos de orientación vocacional que noto una diferencia dolorosa. Sus amigos tenían evaluaciones altas respecto a las suyas, y por primera vez se sintió en desventaja. Aunque sus evaluaciones fueron comparativamente bajas a las de sus compañeros, algo salvó su autoestima. Su pasión por dibujar.

“Yo sabia que podia hacer cosas que ellos no” comentó, narrando su estrategia para combatir sus dificultades para prestar atención en clase -se ha estimado que el 30% de las personas con dislexia también viven con trastorno de déficit de atención.  En sus cuadernos de enfrente para atrás hacia sus notas, pero de atras para adelante tenía sus obras de arte. Encontró en el dibujo una habilidad que lo validaba con sus compañeros. Fomentar este talento fue como encontró su vocación: La arquitectura.

Juan menciona que el reto en la escuela siempre fue, y sigue siendo, el aprender leyendo. No recuerda nombres de personajes de novelas que lee, o datos importantes. Sin embargo asimila más conocimiento por medio de videos o de manera práctica.  “Cuando quiero aprender algo tengo que hacerlo visualmente o por medio de la práctica” afirmó. Junto con un reconocimiento de que el aprendizaje requiere de esfuerzo, su pasión por dibujar y pensar visualmente, y su manera práctica de aprender son fortalezas dentro de la arquitectura.

Estas mismas habilidades le permitieron desarrollar otras con las cuales consiguió una beca para estudiar una maestría en España.  Buscando cambiar de aires, exploro opciones, y se enteró de una beca en el Politécnico de Madrid que requería competencias para diseño web. Su perspectiva de esfuerzo y sus habilidades le permitieron adquirir en año y medio habilidades de diseño de páginas, y ganó la beca.  Ahora ya titulado trabaja para una compañía importante en Monterey y en su trabajo independiente busca traer proyectos de sustentabilidad a sus obras, el cual es un tema de vanguardia en México y a nivel internacional. Estos ejemplos reflejan la manera en que Juan usó sus ventajas dislexicas para conseguir logros junto con una actitud de desarrollo hacia el aprendizaje. 

¿Cómo entiende Juan sus logros?

“Tenemos que asumir que no tenemos la misma habilidad, es una realidad, pero podemos desarrollar otras habilidades y podemos darle valor a estas habilidades” reflexionó respecto al aprendizaje que le ha dejado el vivir con dislexia. “No siento que es algo para ser disfuncional ante la sociedad sino que al final, de hecho, que nos podemos dar mucho valor porque podemos llegar a otras soluciones, a otras conclusiones. A mi me ha ayudado mucho porque, a diferencia de otros colegas, me he dado cuenta que puedo llegar a otras soluciones más rápido que ellos. Porque ellos tienen una manera muy estándar de pensar que es la que tiene la mayoría de la población. Creo que las personas con dislexia no llegan ni al 10% de la población. Entonces el 90% va a llegar a una misma solución, y es ahí donde se ocupan soluciones diferentes y es aquí que  entran las personas que piensan diferente”

Una de las claves del éxito de Juan es como su madre le inculcó desde pequeño lo que la Dra. Carol Dweck, destacada investigadora de la Universidad de Stanford, señala como una Concepción del Aprendizaje como Crecimiento (CAC). La Dra. Dweck tras décadas de investigación describe dos actitudes comunes respecto al aprendizaje que tienen implicaciones significativas al encontrarnos con retos importantes. Menciona como muchos individuos defienden un actitud que la capacidad para aprender es en gran parte genética, que se nace con el talento o no se tiene, que nuestro nivel de habilidad se mantiene constante. Esta actitud la llamo Concepción Fija del Aprendizaje (CFA). En sus investigaciones encontró consistentemente que el mantener CFA puede llevar al éxito pero con un costo, puesto que son acompañados con altos niveles de ansiedad, de depresión, y genera situaciones de conflicto con quienes se convive. Para ellos los retos son una amenaza. En contraste otras personas mantienen una CAC ven las habilidades como fluidas, entienden que se tiene que dedicar tiempo y esfuerzo para fomentarlas, y que se requiere del apoyo de otros para superar obstáculos. Los retos de aprendizaje los entienden como oportunidad, y a los errores como necesarios para aprender.  A continuación presento una tabla que contrasta las dos actitudes.

Concepción Fija del Aprendizaje (CFA)

Concepción del Aprendizaje como Crecimiento (CAC)

Cada situación pone a prueba su habilidad.

Su habilidad es incierta, solo la sabrán tras un largo periodo de esfuerzo.

Al momento de cometer errores sienten la necesidad de demostrar su competencia.

Ven a los errores como oportunidades para aprender.

Utilizan etiquetas negativas para juzgar la habilidad de otros o la habilidad propia (son tontos, soy tonto)

Tienen una pasión por expandir sus habilidades aun cuando las cosas no van como esperan.

Odian realizar cometer errores. Los errores los definen y marcan.

Están más conscientes de sus fortalezas y habilidades. Los errores no los definen o marcan.

Buscan constantemente ser validados. El éxito de otros lo sienten como amenaza.

El reto de aprender los valida. Encuentran inspiración y guía en los éxitos de otros.

Rechazan la idea de que el esfuerzo es parte de la inteligencia. El esfuerzo lo consideran evidencia de falta de talento.

Consideran que el esfuerzo es los hace inteligentes.

Desechan o rechazan la crítica.

Aprenden de la crítica.

Tienden a memorizan para aprender

Tienden a ser estratégicos al estudiar para aprender con más profundidad.

Al equivocarse tienden a justificarse con  excusas, y/o culpan a otros.

Atienden a sus errores para descubrir nuevos aprendizajes. Asumen sus errores.

Están predispuestos a la depresión, pensamiento rumiante, se colocan etiquetas negativas (por ejemplo, soy un tonto)

Muestran resiliencia ante el fracaso, y ante la depresión buscan formas de superarla activamente.

Dweck aclara que lo típico en las personas es que para diferentes situaciones o dominios de habilidad aplicamos una mezcla de ambas visiones, por ejemplo, una persona puede ver aprender a bailar con una CAC pero a las matemáticas con CFA. Sin embargo quien mantienen más una CAC vive los éxitos y fracasos con una mejor salud mental. Además Dweck ha demostrado que la CAC se puede enseñar, el reto en enfocarse más en el proceso de aprendizaje que en el resultado del aprendizaje. El enfoque en el desempeño académico tendría que estar centrado en reconocer el tiempo, esfuerzo, la dedicación al estudiar, y no la calificación. Se tiene que felicitar a los hijos o estudiantes por su esfuerzo, y no declarandolos inteligentes o genios. Al mantener una CAC desarrollarán un mayor sentido de eficacia, sabrán monitorear los pasos para lograr una actividad, y se sentirán motivados por sus logros y no por calificativos positivos, los cuales fomentan la CFA. A continuación pueden escuchar a la Dra. Carol Dweck en viva voz en una plática TED.

En conclusión, el apoyo que le dio la mamá a Juan, siendo su tutora, valorando más su estudio extra que una calificación, evitando comparaciones con otros alumnos, le inculcaron una CAC a Juan que fue un factor que fortaleció a su hijo ante retos educativos y profesionales. Le enseñaron a Juan asumir retos, reconocer el esfuerzo que tiene que asumir, y llevándolo muchos años después a tener más éxito que algunos de sus compañeros con aparente facilidad para la lectura, escritura y memorización. Es importante reconocer también que devastador es para una persona con dislexia inculcar una CFA. Si al niño o niña se le compara, se le critica al no tener buenos resultados, si se le resalta sus dificultades, se le etiqueta, y no se le apoya, puede tomar una actitud que lo dejará resentido, dudoso de sí mismos, temerosos a las oportunidades aun cuando cuenten con el talento. Desafortunadamente no es extraño que personas con dislexia sufran altos niveles de depresión y ansiedad, limitando su potencial, y sobretodo con dudas sobre sus propios talentos y virtudes.

Nota:  la imagen arquitectónica es un ejemplo del trabajo del Mtro. Gutiérrez. 

3 comentarios

  1. Me encanto la nota, muchas gracias por contar mi historia.

    Te felicito por tu trabajo y la labor para dar a conocer lo que
    Es la dislexia, así como ayudar a las personas con esta condición a no dejarse intimidar y aprovechar la oportunidades que nos da de ver las cosas de manera diferente.

    Saludos

    • Gracias a ti, se requiere de valentía para dar testimonio de nuestras experiencias, pero creo que es esencial para crear conciencia de la dislexia como posibilidad, y no solo como una limitante. Me encantó como tu historia ilustra esto.

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