Dislexia ¿un problema de aprendizaje?

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He valorado de constantemente descubrir nuevas formas de aprender, nuevas maneras para que mi forma irregular de aprendizaje entre a espacios regulares de enseñanza

De niño escuchaba que tenía problemas de aprendizaje de mis maestros y de psicólogos. Hay maneras más amables y científicas para decir que tenemos problemas de aprendizaje. Hoy por hoy se busca cambiar el término dislexia por trastorno específico del aprendizaje. El clasificar la condición de una persona no es trivial, sobretodo cuando esta clasificación intenta abrir las puertas para contar con apoyos y adecuaciones en el salón de clases. Sin embargo la clasificación es más burocrática que existencial. En términos existenciales, o el cómo comentamos cómo se siente vivir con una condición neurológica que dificulta aprender en un contexto de educación formal, el afirmar que tenemos un problema de aprendizaje no sirve mucho de guia.

NO TENEMOS PROBLEMAS DE APRENDIZAJE, TENEMOS EL PROBLEMA PARA DECIDIR CÓMO VAMOS APRENDER. Desde que recuerdo, las maneras de enseñar de la escuela no van en gran parte con la manera en que aprendo. Descubrí, sobretodo en la secundaria, que podia tener exito en la escuela descubriendo nuevas maneras de aprender. Todas las personas, con o sin dislexia, enfrentamos el aprender como vamos aprender. Pero si el sistema educativo se acomoda muy bien a tu manera de aprender, entonces no necesitas descubrir nuevas formas de aprender. Así es que en la secundaria descubrí que si leía por mi cuenta, aprendía mucho mejor que en el salón de clases. A veces prefería en el salón leer los textos que escuchar a los maestros. Años después, la materia que más odiaba era historia, por esto de aprender fechas y nombres, pero al descubrir documentales, al comprender la historia como un drama en evolución, una narración, así si disfruto de aprender historia. Hoy en dia escucho los podcast del IMER, y gozo de conocer la historia de nuestro país. En momentos para escribir tengo que hacer primero un diagrama. Para escribir otros textos tengo que primero descubrir qué preguntas quiero contestar. Para aprender sobre computadoras y tecnología me sirve mucho asumir pequeños retos, no me doy por vencido para hacer algo nuevo en la computadora.

El saber cómo vamos aprender algo, el aprender a aprender, repito, no es solo de disléxicos, pero los que vivimos con una condición, o mejor dicho los que pertenecemos a la comunidad neurodiversa (quienes viven en el espectro autista, o con déficit de atención, y otras condiciones) tenemos que acomodarnos para descubrir cómo vamos aprender algo nuevo.

El logo de mi sitio refleja esto. Cuando platiqué con el Dr. Cohn, mi asesor en la licenciatura y ahora un querido amigo, sobre mi proyecto Heterolexia, él comentó que vio en mi intento de estudiar un doctorado en psicología cognitiva el esfuerzo infructuoso de un bloque redondo queriendo entrar a un agujero cuadrado. Como podrán adivinar no termine el doctorado, pero sí descubrí muchas otras cosas en este intento “fallido” (pero esto es una historia para otro post). En el logo de Heterolexia imagino un agujero cuadrado, pero mi forma -mi forma de aprendizaje como bloque- no es ni redonda, ni cuadrada, es irregular, medio caótica. Cuando desarrollo estrategias, a veces aprendo muy bien y rápido, otras veces solo me ayudan a pasar el requisito, otras fallo rotundamente. Sin embargo he valorado de constantemente descubrir nuevas formas de aprender, nuevas maneras para que mi forma irregular de aprendizaje entre a espacio regulares de enseñanza.

Este año sigo aprendiendo a aprender, a partir de leer algunos libros sobre estrategias para cambiar hábitos, he descubierto que aplicar reglas sencillas de manera consistente puede llevar grandes logros. Siempre había tenido dificultades para ahorrar, hasta que decidí aplicar la regla sencilla de guardar el 10% de lo que gano. En estos últimos días que quiero mejorar mi salud, he aplicado la regla de preparar el fin de semana mis comidas para llevar al trabajo, y ahora cómo nutritivo. A los 40 años descubro cosas que quizá otros con mente más tendiente al orden descubrieron a lo 6 años, y más que lamentarme, me emocionó que nunca dejamos de aprender y de desarrollarnos.