La inclusión no elimina la dislexia, pero si la discapacidad secundaria

Comparto por qué es importante entender la distinción entre discapacidad primaria y discapacidad secundaria para que la dislexia realmente sea comprendida como  un estilo de pensamiento alternativo y no un déficit.

Los maestros y maestras seguido se frustran al enterarse que alguno de sus alumnos tiene dislexia. A los buenos educadores les preocupa querer ayudar a sus alumnos, y se sienten frustrados al sentir que no tienen el conocimiento para apoyar a sus alumnos disléxicos adecuadamente. Seguido hacen el esfuerzo por llamar a los padres para recomendar que visiten a profesionales que tengan la especialización y realmente los ayuden avanzar. Sin embargo los maestros están equivocados.

Es acertado que soliciten a los padres buscar apoyo para sus hijos. Lo que es equivocado es subestimar el gran impacto que pueden tener al apoyar a sus alumnos. Muchos maestros y maestras padecen una educación suficiente pero no adecuada. En la carrera han tenido la formación suficiente para comprender que existen alumnos con necesidades educativas especiales (como la dislexia), y que existen métodos especiales y adaptaciones para apoyarlos correctamente. También saben que estudiar dichos métodos educativos lleva años, quizá implique estudiar un posgrado. Así es que naturalmente muchos se sienten inadecuados cuando enfrentan en el salón a alumnos con discapacidad o alguna condición. ¿Entonces para ayudar a sus alumnos con dislexia tendrán que especializarse? Pero no solo existe la dislexia, al salón llegan alumnos que están dentro del espectro autista, con trastorno de déficit de atención, quizá con ceguera, con diversidad funcional (quizá estén en silla de ruedas, o sus manos no pueden escribir) y muchas otras condiciones ¿Tendrán el tiempo para especializarse en cada una de estas? Así es como los educadores se sienten abrumados. Es por esto que considero sumamente importante comprender el concepto de la discapacidad primaria y la discapacidad secundaria conceptualizada por el gran psicólogo ruso Lev Vigotsky (quien ya en la década de 1930 hablaba de inclusión). Entender las diferencias de estos dos tipos de discapacidad aclara el gran impacto que puede tener un educador si el o ella va más allá de la condición discapacitante.

Para Vigotsky la diferencia no era deficiencia. Peter Smagorinsky, un gran estudioso de Vigotsky y de la neurodiversidad, describe que para el científico ruso, los niños están en constante desarrollo y pueden soslayar las áreas de diferencia para crear habilidades que permita una vida en sociedad satisfactoria y una vida productiva (Smagorinsky, 2012).

La discapacidad primaria es la condición biológica en sí. En la dislexia se han identificado un funcionamiento cerebral diferente entre dislexicos y no disléxicos, o utilizando los términos de Smagorinsky entre extranormales y neurotípicos. Mucha de la investigación en las últimas décadas en la dislexia ha sido para entender las diferencias neurológicas y cognitivas. También en estas investigaciones se han desarrollado formas de trabajar con alumnos en condición dislexica para aminorar o eliminar sus deficiencias en lectoescritura. Aquí es en donde los maestros tienen razón, quizá muchos no tendrán el tiempo o la motivación para dominar estas formas de trabajo, no pueden sustituir a un terapeuta de lenguaje o psicopedagogo. Sin embargo sí pueden hacer mucho para eliminar la discapacidad secundaria.

La discapacidad secundaria es el efecto que tiene la manera en que la sociedad trata a quienes considera diferentes. Si en un salón de clases se genera un ambiente de rechazo, de crítica, de burla (de maestros o alumnos), de castigo al notar las deficiencias en lectoescritura, los alumnos desarrollaran sentimientos de inferioridad. Sus futuras experiencias educativas estarán manchadas por dichos sentimientos, llevando a los alumnos a desconectarse del aprendizaje escolar. Smagorinsky comenta cómo las personas no comienzan a verse diferentes hasta que son tratados diferentes. Si los alumnos son tratados como incapaces, como flojos, como inadecuados, asimilarán la creencia que no pueden contribuir a la sociedad por medio de su esfuerzo, lo cual puede frenar su deseo por aprender, o agrega barreras emocionales para aprender.

Si en contraste los educadores crean un ambiente de posibilidades, creando alternativas de aprendizaje, abriendo y cultivando las fortalezas de los alumnos con dislexia (u otras condiciones extranormales), facilitando la interacción con sus compañeros, cultivando el respeto a las diferencias, orientando a sus alumnos a tomar una actitud de crecimiento en el aprendizaje, entonces las diferencias biológicas perderán peso, formarán un sendero de aprendizaje diferente a sus compañeros. En términos contemporáneos, si los educadores impulsan la inclusión en su salón y trabajan con los alumnos y sus familiares para crear adaptaciones curriculares, se eliminará la discapacidad secundaria, que tiene un impacto mayor que la discapacidad primaria.

Así describió Vigotsky este proceso:

Por un lado, una deficiencia significa algo menos, una limitación, una debilidad, un retraso en el desarrollo; por el otro lado, estimula un avance más amplio e intenso precisamente porque crea dificultades… Cualquier defecto crea el estímulo para un proceso compensatorio… el proceso compensatorio en el desarrollo y comportamiento de un niño… sustituye, reemplaza, sobrepasa el déficit. (traducción propia, cita de Vigotsky en artículo de Smagorinsky).

Las adaptaciones curriculares, el uso de la tecnología asistiva, el ser flexible para realizar y evaluar conocimiento que se apoya en la lectoescritura es lo que permitirá que los alumnos desarrollen otros circuitos neuronales que compensen o salten los retos al aprender.

La siguiente imagen de la Federación Andaluza de Dislexia resume algunas de las acciones que los educadores pueden tomar para crear adecuaciones y crear un ambiente que no estigmatice las diferencias de aprendizaje.

Cuando un educador o escuela no es inclusiva, la expectativa es que los alumnos se adapten al sistema escolar, cuando es inclusiva, el sistema escolar se adapta a la forma de aprender de sus alumnos. Para reducir la discapacidad secundaria en la sociedad (la cual incluye a maestras y maestros) hay que esforzarse por ser más conscientes respecto a la neurodiversidad, para que las diferencias no sean tratadas como déficit, no sean motivos de amenazas, o no se les juzgue moralmente por aprender diferente a otros.

Lo que Vigotsky dijo sobre la ceguera se puede aplicar a la dislexia u otras condiciones de neurodiversidad:

La tarea no es tanto educar a niños ciegos como lo reeducar a los que ven. Los segundos tendrían que cambiar su actitud hacia la ceguera y hacia los ciegos. La reeducación de los que ven posee una tarea social pedagógica de importancia enorme (traducción propia, cita de Vigotsky en artículo de Smagorinsky)”

Si esto les parece fantasioso vean el video titulado «Todo un pueblo aprendió lenguaje de señas». Este experimento social, ilustra este punto brillantemente.

Mi granito de arena a este esfuerzo es por medio del taller que ofrezco localmente (en Ciudad Juárez, en el norte de México) a los maestros y maestras que me inviten a su escuela. Expongo sobre la discapacidad primaria y la discapacidad secundaria. No me termina de inspirar la gran cantidad de educadores que están dispuestos a renovarse por sus alumnos. Para mayor información visite la sección de contacto haciendo click aquí.

Bibliografía

Smagorinsky, P. (June 01, 2012). «Every individual has his own insanity»: Applying Vygotsky’s work on defectology to the question of mental health as an issue of inclusion. Learning, Culture and Social Interaction, 1, 2, 67-77.

Pueden ver el mapa mental que realice del articulo de Smagorinsky aqui.

3 comentarios

  1. estoy cansada de ir a la escuela y todos los profesionales que colaboran tambien y no adaptan tareas en la secundaria de Rosario Santa Fe. es mas facil ponerle un 1 y corregirle con rojo.mi hijo se siente aislado sin entender .

    • Gracias Graciela por tu comentario, me entristece esta situación, y es solo por no reconocer que existimos personas que aprendemos diferente. Le recomiendo a tu hijo que lea en mi página los tres artículos titulados Carta a un Joven o una Joven dislexico, espero a que le ayude a reconocer sus fortalezas y no creer mensajes negativos.

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