¿Puede la tecnología crear un mundo sin «problemas» de aprendizaje?

He tenido uno de estos periodos de neblina mental, en donde me resulta difícil compartir. A final de cuentas encuentro que se reduce a empezar.

Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión respecto la tecnología, el aprendizaje y el posible impacto sobre las dificultades con el aprendizaje. El pasado 15 de noviembre tuve la fortuna de visitar el evento Reset en el Technology HUB de Ciudad Juárez, en especifico me interesó la platica de Mariana Ludmila Cortés, fundadora de Edularity, titulada “El Futuro: Desentralizado y Autodirigido”. Aquí Mariana nos invitó a romper paradigmas en lo que pensamos que es la educación. Nos invitó a imaginar un momento en la historia en donde el aprendizaje no requiere de programas educativos, de que se centralice en un espacio o en una institución, de un aprendizaje con opciones y vías diversas para un mundo de realidades económicas y tecnologías siempre cambiantes (ver post anterior sobre Sir. Ken Robinson). Comenta las tendencias tecnológicas actuales en donde las personas constructoras de conocimiento tendrán ventajas significantes sobre los consumidores pasivos de la información. En este sentido, las escuelas tienen un esquema que educa a consumir conocimiento, y dista de formar a individuos con las capacidades para aprender a aprender, sobre todo en un mundo contemporáneo que facilita aprendizajes autodirigidos y colaborativos, mientras que las instituciones educativas, hoy por hoy, impulsa aprendizajes programados, dosificados, pasivos e individuales. Esto aun a pesar de reformas educativas que buscan implementar la vitalidad de un constructivismo contemporáneo en instituciones construidas con lógica de maquinaria de engranajes y carbón.

Mariana comentó algo interesante, en este nuevo mundo, muchos alumnos que resultan disruptivos en las escuelas tradicionales brillan en los nuevos esquemas laborales basados en tecnología de punta. Esto me permitió reflexionar sobre como la tecnología puede llegar a “desaparecer” los problemas de aprendizaje. Ahora, con esto no me refiero a que la tecnología cure diferencias neuronales. No me refiero a remediación. Muy seguido se habla de la tecnología como complemento a la educación tradicional: al aumento al acceso a más información, o el hacer la información más atractiva, o a tecnología asistiva que permite facilitar el aprendizaje a personas cuya condición biológica no permite que aprendan a un ritmo estándar.

No niego el gran valor que tienen estas tecnologías asistivas, para mi es vital el uso de la tecnología texto a voz para mejorar mi fluidez y comprensión lectora (ver un post sobre esta tecnología). Sin embargo, las posibilidades que Mariana nos invita a pensar pueden llegar a borrar los problemas de aprendizaje, aun cuando no puedan borrar las diferencias  en el aprendizaje. En este nuevo mundo las y los maestros tienen una función de guiar el proceso educativo, de apoyar a alumnos en su camino como aprendices autodirigidos, en lugar de proporcionar dichas enseñanzas. Qué una alumna necesita pasar más tiempo en algún tema, en este esquema no hay problema, puede repetir la lección todas las veces que necesite si esta disponible en video como en Kahn Academy o en Youtube. Qué un alumno requiere de apoyos, de recursos específicos, las y los maestros o el mismo alumno tendrá acceso a una comunidad de expertos con programas, software, aplicaciones, conocimiento especializado y testimonios de personas que viven retos similares. Qué una alumna no pueda demostrar sus competencias usando exámenes o evaluaciones estándares, ella puede producir videos, esquemas, productos o contenidos de diferentes temas, lo cual hablan tanto de su dominio del tema como de las competencias relevantes para producir la presentación de sus aprendizajes. La demanda de la estandarización, de aprender con ciertos ritmos, de aprender los contenidos de una misma manera que los demás, de formas rígidas para demostrar los aprendizajes, de no tener la posibilidad de guiar su propio proceso de aprendizaje es lo que crea “problemas” de aprendizaje.

Quizá en este mundo, no será tan extraño comprender las ventajas disléxicas en un ámbito educativo y laboral que se nutre de la neurodiversidad.

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