Desde comienzos de año he dedicado tiempo a leer libros de autoayuda. Antes los odiaba. No porque no crea que necesite ayuda, pero existe tanta basura psicopupular que me he alejado de este genero. Encontre algunos muy interesantes y que me han ayudado mucho. Entre apoyo de amigos, de mi grupo de terapia, y la lectura de estos libros es que me he animado compartir, a crear este blog, a emprender esta iniciativa, Heterolexia.
Una gran contribución de las lecturas es organizarme, crear metas, mientras que mi entrenamiento en terapia social y otros textos me han permitido ariesgarme, y avanzar sin saber, aventurarme a crear algo que me situa fuera de mi zona de confort.
En particular este fin de semana lei el titulo El Miedo a Decidir de Giorgio Nardone (amo a la tecnologia texto a voz me ha vuelto en un mejor lector). En este blog quiero poder comentar sobre el impacto de la dislexia a un nivel emocional y personal. Creo que lo que se ofrece respecto al tema esta muy centrado en compensar o «curar» la dislexia, y no tanto en vivir con nuestra condición. En muchos momentos en donde me siento expuesto me ha paralizado el miedo: al escribir tesis, asumir compromisos profesionales en donde temo no dar el ancho, en compartir opiniones al sentir que no puedo ser articulado, en no acercarme a una persona porque no puedo recordar su nombre.
Es por esto que el tema del temor ha sido un gran reto. En este momento en mi vida resurgen los temores. Antes los tomaba como una muestra de incapacidad, y con mayor madurez me doy cuenta que al momento de crecer, de asumir nuevas responsabilidades, de adquirir nuevas habilidades, el miedo es parte del proceso. No existe mayor miedo que escribir un documento publico. Recuerdo en mi adolescencia, cuando perteneci a un club de astronomia, en donde editabamos una modesta revista. Me solicitaron un articulo que pase todo la noche, lo redacte con mucha dificultad, y al entregarlo escuche el comentario de algunos miembros preguntando «¿Quien escribio esta basura?» Me sentí humillado, avergonzado, y expuesto. Así es que pueden imaginar el gran temor de compartir en este espacio.
Una de varias lecciones del libro de Nardone es la «gestión del miedo». El temor de ser expuesto al escribir o hablar, pero sobretodo al escribir, me ha colocado en diferentes momentos en dudas patologicas. Escribir tesis para el posgrado y licenciatura son grandes ejemplos, fue tan grande el temor de faller, que postergaba, leia de más, evitaba. El nivel de ansiedad cuando estudiava el doctorado fue tan grande que termiene con depresion clinica, y tan grande el dolor que no pude concluir mis estudios (hubo otros factores, como falta de apoyo de mi asesor, y otras, pero la duda patologica sin duda fue uno muy importante). En la gestion del miedo, asumimos que esto es parte del proceso, y en lugar de evitarlo, de darle la vuelta, de intentar hacerse sentir seguro, el autor invita a meternos por completo en el miedo. Recomienda por ejemplo escribir todos los dias los más grandes temores.
Estar escribirendo esto ahora es parte de gestionar mis miedos. Nunca quiero comentar un texto después de leerlo, queiro hacer notas, no quiero repetir esa desagradable experiencia de mi adolescencia en donde me critiquen, quiero sonar inteligente, quiero poder incluir citas. Cual es mi temor: que escriba esto y que solo me exponga sin que ayude a nadie, que en un futuro alguen utilice lo que escribo en mi contra, que me discriminen, que no lo haga bien, y que escriba esto solo para mi, para nutrir mi ego, que sea totalmente irrelevante y una perdida de tiempo.
No me sentia preparado para compartir algo hoy, queria esperar, me fui al pretexto de que ya es demasiado tarde para escribir algo. Mejor repaso el texto, hago notas, le hago justicia al texto, pienso mejor en el angulo que quiero lograr. Buenos pretextos. Buena manera de esconder temores y después lo más probable no compartir lo que aprendí hoy.
Curiosamente me encuentro tan agusto escribiendo este post como cuando de adolescente tambien escribia cartas a amigos, escribía historias, cuentos de ciencia ficción, con libertad, con animo. Tenia un diario que más o menos mantenia y que deje cuando escribir se convirtió en cosa seria, profesional.
No se si mis temores se cumplan, pero por lo menos el dia de hoy fui más alla de la duda patologica, de escribir o no, de compartir o no, de estar listo o no, y por lo menos logro compartir con gusto algo sincero y personal. Inclusive he resistido corregir el subrayado rojo, el que me recuerda como después de años y de muchos estudios aun no tengo ortografia profesional. En mi diario, sin subrayado rojo, escribia como ahora. Me acerco a la emocion de explorar por escrito, y me alejo de la fobia de que me critiquen y me juzgen. Es más hasta escucho musica (curiosamente escuchava en el tiempo a los Doors religiosamente, y en este momento aparecio en mi lista de musica que va al azar). El temor no se ha desaparecido, pero no es tan intenso como para que no disfrute redactar, compartir con ustedes, y mantenerme optimista de que alguien encontrara esto util. Por lo menos esta noche acepte la invitación a gestionar mi temor.
Si les interesa la lectura el titulo es El miedo a decidir: Cómo tener el valor a decidir por Giorgio Nardone reconocido terapeuta estrategico, una lectura breve pero muy sabia.
Si les ha impactado este post, los ha hecho reflexionar, le ha dejado un aprendizaje importante, lo quieren complementar, criticar, por favor dejen un comentario abajo.
Los dejo con mi playlist SuperWow, aqui deposito la musica que descubro y me encanta (la musica y escribir para mi son acompañados).