En este blog busco examinar la neurodiversidad, o el dejar la obsesión de solo notar déficits y como eliminarlos, sin reconocer la riqueza de los diferentes estilos de pensamiento en nuestra sociedad. En la frase que he compartido en facebook, menciono que “la dislexia no es una lista de limitaciones en el aprendizaje, es una manera de estar en el mundo aprendiendo y comprendiendo diferente”. Con esta línea quiero dejar en claro cómo no tiene sentido situar a la dislexia solo en nuestra arquitectura neuronal diferente de donde emergen los síntomas que la definen. Usando una analogía, el color de piel es determinado biológicamente, pero los prejuicios respecto al color de piel tiene que ver completamente con las actitudes que mantenemos como sociedad. En otras palabras, el color de piel es biológico, pero el racismo no. Es por esto que sería absurdo pedir a una persona que cambie su color de piel para que no la discriminen. La educación pública en México en su mayoría toma una actitud similar de absurda con la dislexia y otras condiciones, quiere reducir problemas educativos de sus alumnos solicitando que se minimice la discapacidad de los alumnos a lo mínimo; se busca que se “cure” al alumno, y no que se “cure” el sistema educativo. Si un alumno presenta dificultades, los educadores, con buenas intenciones, insisten a los padres que lo lleven con un psicólogo, un logopeda, u otro especialista. En el mejor de los casos, los padres buscan apoyo, en donde sus hijos pasan horas extras entrenando con algún especialista ejercicios que les puede resultar difíciles y tediosos, en el peor de los casos, estos chicos se rezagan y quedan fuera si no reciben apoyo. Los alumnos se tienen que acomodar al estilo de enseñanza de la escuela y a sus contenidos (por lo menos aquí en México). Quizá la escuela buscará crear adaptaciones curriculares, pero en muchos casos no (por lo menos aquí en México). Así es que a corto plazo la estrategia de los padres en buscar especialistas que den una terapia a sus hijos es totalmente razonable. De otra manera, sus hijos pueden acumular un rezago que los desmotive y los haga sentir menos inteligente de lo que realmente son. Pero a largo plazo, ¿no tendríamos que cambiar al sistema educativo para que personas con disléxico, o con otra condición neurodiversa, no requieran adaptarse a una forma de enseñanza que no es para ellos? ¿cómo se pudiera ver este nuevo sistema educativo?
No tengo todas las respuestas, pero comparto la visión de Sir. Ken Robinson quien en el video que incluyo abajo da cuenta de cómo las escuelas son tiene ideas obsoletas de lo que significa aprender, y lo que significa enseñar. Lo que me fascina de esta presentación es que examina varios supuestos en la educación, y comenta como ahora no tienen tanto sentido. Nos reta a pensar diferente sobre la capacidad humana, nos invita a cuestionar la distinción entre la teoría y práctica en la educación, insiste que aprendemos de manera natural en grupos, y finalmente no invita a examinar las tradiciones que siguen las instituciones que ahora estorban para lograr el aprendizaje. Si en los próximos años podemos insistir, podemos promover, logramos exigir cambios en la educación en este camino, quizá la dislexia se dejará de ver como un problema. Sin duda lo ha sido para disléxicos empresarios, artistas y otras profesiones que encuentran un ambiente propicio para el aprendizaje, y logran demostrar que jamás fueron limitados.
Si quieres ver el mismo video pero subtitulado da click aquí. Si quieres ver platica original completa en Ingles (sin animación ni subtitulos) da click aqui.
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